Wednesday, October 25, 2006

 

Sueños

Estaba a punto de dormir después de platicar por teléfono contigo. Abrí el cajón de mi buró, saqué la foto que me regalaste y me puse a verla. Tiempo después (no sé si pasaron minutos u horas, porque el tiempo ya no transcurre igual para mí desde que te conozco), dejé la fotografía en el cajón y me acosté de lado como acostumbro dormir.

Me levanté, me bañé y me cambié y salí a trabajar. El día transcurrió inusualmente rápido y de pronto me vi en el carro, conduciendo hacia un lugar al que no recordaba haber ido, pero sabiendo que ahí es a donde tenía que ir. Me estacioné y salí del coche. Me quedé parado junto al coche a dejar que corriera el tiempo. Enfrente de mi estaba la puerta de una escuela, y me quedé mirando hacia allá.

Minutos después, te ví atravesar la puerta. Traías una blusa rosita, un pantalón de mezclilla y unas botas cafés. En la mano tenías varios libros y una bata. Vi tus bellos ojos que voltearon hacia mí. Tu cabello caía un poco más abajo de tus hombros y me lanzaste una sonrisa cautivadora. Esa sonrisa con la que siempre me recibes. Te correspondí la sonrisa, y caminé hacia tí. Te dí un beso y tomé tus libros; los guardé en el asiento trasero, abrí la puerta para que subieras y la cerré después de que te acomodaste. Subí y encendí el coche. Te pregunté que tal habían estado tus clases y me comentaste que había sido un buen día, te dejaron mucha tarea pero estabas contenta porque realmente te gustaba lo que estabas estudiando.

Llegamos a un restaurante, te abrí la puerta del carro y entramos. Nos saludaron en la entrada y nos llevaron a nuestra mesa. Por la forma en que nos recibieron parecía que éramos clientes asiduos puesto que todos los meseros nos saludaban y nos preguntaban que tal estábamos. Ordenamos casi sin revisar la carta y comenzamos a platicar sobre nuestro día. No podía dejar de mirarte mientras me platicabas de tus clases y tus maestros, después de tanto tiempo de conocernos me siguen gustando tus expresiones y tu me sigues mirando con esos ojos que todavía provocan mariposas en mi estómago. Llegó la cena, continuamos charlando y cenamos. Pagamos y salimos del restaurante. Subimos al coche y tomamos otro camino que conocía muy bien. Llegamos a tu casa, nos bajamos y nos quedamos un rato platicando afuera. En ratos nos abrazábamos y reíamos, en ratos volteabas y me dabas un beso, en ratos jugaba con tu cabello y así estuvimos por un rato. Después me dijiste que tenías que hacer un poco de tarea antes de dormir, así que nos despedimos con un poco de tristeza. Quedamos de vernos al día siguiente a la misma hora como lo veníamos haciendo ya por algunos meses, desde que llegaste a la ciudad a estudiar. Un beso de despedida, te vi subir y voltear para aventarme un beso y una sonrisa. Encendí el coche y me marché.

Llegué a la casa, te llamé y estuvimos platicando otro rato mas. Nos deseamos buenas noches y me fui a acostar. Vi las fotos juntos que tenía sobre el buró, apagué la luz y me acosté de lado como acostumbro dormir.

Abrí los ojos, tenía la foto que me regalaste en las manos. No había fotos juntos en el buró ni sentía que ya vivías en la misma ciudad que yo. No sé si me quedé dormido y todo fue un sueño. No sé si al estar viendo tu foto me puse a imaginarme como sería que vivieras aquí. No sé si algo me permitió echar un vistazo al futuro por un breve momento.

Si fue un sueño me gustaría vivir en él. Si fue mi imaginación me gustaría que pronto se haga realidad. Y si fue un vistazo al futuro, espero que el tiempo que falta para que eso ocurra pase rápido y nada cambie para ese entonces.

TQM

Comments: Post a Comment

<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?